viernes, 28 de septiembre de 2012

Hablar por hablar, procurando no decir nada.

Te parecerá una tontería, y dado tu acertado juicio, lo será, pero a medida que me hago mayor, me voy sintiendo más viejo. Y sin embargo no me pasa como al diablo, que sea más sabio por esta razón más que por diablo, y yo ni siquiera soy diablo. Creo percibir, por el contrario, que mi cabeza se va despoblando, por fuera también, pero eso no viene al caso ahora, de certezas, tantas que tenía en la juventud y apenas sobreviviendo ahora unas pocas, ¿alguna?, como tales, habiéndose mutado las otras a esa sustancia semitransparente de la posibilidad de que las cosas no sean tal y como uno creía creerlas.
Será que la muerte le exige a uno llegar tan vacío como cuando ingresó en esta institución de la vida, y, cruzado el cénit de la existencia, todo lo adquirido -en un cierto nivel intelectual, claro, no me refiero a lo material - te es discretamente retirado, hasta dejarte vacío de nuevo para entregarte a la nada.
O solo me pasará a mí y entonces, bueno, será otra de mis tonterías.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La mirada que no me ve


¡Ay que se me clava en el alma tu mirada!
Que me llega tan adentro que mira donde no hay
¡ay! Que duele tan linda mirada
Que mira sin ver porque no hay nada

martes, 25 de septiembre de 2012

Y para terminar, Hair Pomade


Cucumis metuliferus
Entre el Kiwi y el Plátano dicen que es su sabor. Desde luego este es uno de esos experimentos genéticos extraterrestres. Porque la fruta, a la que, los que indudablemente desconocen su nombre científico, llaman Fruta del Paraíso, tiene forma de tuno, aunque las espinas aquí son carnosas formando prolongaciones de la piel, como pellizcos, mientras que en un tuno son púas que crecen por  agrupaciones por toda la piel de la fruta, lo que la hace, si no difícil, incómodo cogerla. Han de barrerla primero, procurando hacerlo en un día que no sople mucha brisa y que haya humedad para que las púas no se vuelen y se te metan por todo el cuerpo. Aunque de todas maneras esto es inevitable. De los tunos se dice que si tienes el conocimiento de que existe uno en un kilómetro a la redonda, al instante después de saberlo te va a empezar a picar en alguna parte del cuerpo una púa de tuno.
Pero de quién hablaba era de la Fruta del Paraíso. Y de su extraño nombre científico que más parece designar perifrásticamente a una caca. “Esto, señores, es una cucumis metuliferus, vulgarmente llamada caca”, “Aaaah”, respondería asombrado el auditorio. Pues no, es una Fruta del paraíso con sabor entre plátano y kiwi. Que es otro nombre que también se las trae. A mí siempre me recuerda a un bote de betún de zapatos. Uno que llevaba una imagen de ese animal en la tapa. Luego había otros con un Ñu. ¿Será condición necesaria que los animales tengan nombres raros para que los usen como marca de betún? Entonces, indudablemente habrá un betún ornitorrinco. Un betún tsé tsé y un montón de marcas más que mi pobre desconocimiento en zoología no me permite aventurar. Porque betún “perro” o betún “gato” no parece que vaya a tener muy buena promoción publicitaria. Habría que ponerles un apellido o una habilidad, como la marca de quesos esa de La Vaca que Ríe, pero creo que con eso ya copan todo el mercado de animales que ríen. Cualquier otro animal que riese sería a imitación de la famosa vaca francesa.
No hay nada más ¿feo?, ¿gracioso?, ¿espantoso por antinatural?, o más que por anti natural, ¿qué lo es si puede ser?, por imprevisto,  que un animal riendo. Salvo los monos, claro. Pero un perro, un gato, cualquier otro animal con hocico riendo es algo horrible. Es anti natural, claro porque yo solo los he visto riendo en youtube y previo tratamiento videográfico. Pero me espanta esa visión como a muchos niños les espanta el payaso de McDonnald desde que el puñetero de Stephen King se dedicó a criminalizar a esos honrados profesionales del humor.
Apterix acabo de ver que es el nombre científico del Kiwi, el ave, que, para colmo, es paleognata, que no viene a significar que sea un bicho antiquísimo, como en un principio escribí y luego rectifiqué, sino al contrario, un bicho muy reciente. Una adaptación al aislamiento que sufrió en aquella isla, Nueva Zelanda, donde al parecer es representativo. (A los neozelandeses se les llama kiwis y la gente se ríe de ellos y los dibujan como la fruta con patas rechonchos y verdes… no, no es verdad, me lo acabo de inventar)
Coño, pues la marca Kiwi de betún es australiana y data de mil novecientos seis. ¿Qué hay de la ñu?
No era Ñu, era Búfalo
Y, mira, me he encontrado otra con un ¿qué? ¿ñandú o avestruz?
Y no sé por qué me vengo a acordar a hora del personaje de Oh Brother, de los hermanos Coen que era adicto a una crema brillantina para el pelo, y, oye, se me ha antojado saber exactamente qué crema era. Y con esto ya termino esta improvisación libre.
Hela aquí

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lluvia

Llueve ¡y es primavera!
Llueve ¡y estás un poco más feliz!
Llueve ¡y todo va a solucionarse pronto!
porque llueve tranquilamente, alimentando.
Llueve y da gusto mojarse
tras el desierto del verano

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Olvidable


Olvidable. Es mi nombre. 
He vivido durante muchas generaciones, pero ninguna regresión conseguiría recuperar ningún detalle de alguna vida anterior. 
Todas mis vidas fueron olvidables y por lo tanto olvidadas por mi alma transmigradora. 
Mantengo la culpa primigenia. 
Estoy enganchado a la rueda para la eternidad. 
Me queda la esperanza de que sea una condena de algún acto de suprema ofensa a los dioses en alguna vida anterior a todas las anteriores. 
Que esto sea el Tártaro y  yo un orgulloso inmortal que retó a los Dioses y fue condenado por ello.

Memento



La historia real podría ser esta: Tal vez es cierto que entraron en casa de Lenny mientras él dormía. Tal vez fueron dos, y violaron a su mujer. Tal vez cuando él se despertó tras oír ruido, cogió la pistola y se dirigió al baño y mató a uno de los tipos mientras que el otro le hizo perder la conciencia de un botellazo.
Pero la mujer no murió. Y a consecuencia del golpe él perdió la memoria inmediata. Recordaba todo hasta el mismo momento del “incidente” como él lo llamaba, pero a partir de ahí, nada. Apenas retiene los recuerdos un par de minutos y luego se difuminan.
Su  mujer era diabética y Lenny se encargaba de ponerle la inyección de insulina. Ella estaba confusa con respecto a la enfermedad de Lenny. ¿Tal vez estaba fingiendo para cobrar el seguro, él que conocía tan bien todo ese entramado? Lenny mismo  había sido, antes de la lesión, inspector de una compañía de seguros. ¿Tal vez estaba imitando a Sammy Jerkins que trató de estafar a la compañía con una historia semejante y Lenny consiguió destapar el fraude?
No podía soportarlo. Quería recuperar al Lenny de siempre y lo puso a prueba. “Lenny, tienes que ponerme la inyección”. “Lenny, ¿me pones la inyección?”, “Lenny, es la hora de la inyección”, y Lenny respondía en cada ocasión, “allá voy”, “enseguida”, tres, cuatro, cinco inyecciones en menos de una hora. Ella entró en coma y ya no salió.
Lenny decidió vengar a su mujer. La policía no le creyó. Eran dos hombres no uno. El encontraría al segundo hombre. Solo un policía le creyó. Teddy. ¿Le creyó o lo utilizó? Tal vez al principio le creyó. Buscaron al tipo, un impreciso John G…. Y lo encontraron. Era un pobre diablo.
Pero Lenny olvidó y siguió buscando a John G… “Ya lo has encontrado, Lenny. Y acabaste con él”. No, decía Lenny, y seguía buscando.  Bueno, se dijo Teddy, por qué no aprovechar  las oportunidades. Este traficante de drogas con mucha pasta se llama John G…, Lenny, es tu hombre. Y Natalie la ex del traficante, “eh, Lenny, tienes que cargarte a este tipo, favor por favor. No te acordarás de nada y yo me quedaré con la pasta”. Y Lenny se felicitaba una vez más por haber vengado a su mujer. Pero luego olvidaba y seguía buscando.  “¿Por qué has hecho desaparecer informes de la policía, Lenny?”, “¿Por qué has quemado esas fotografías en las que te ves celebrando la muerte de John G…, Lenny?” ,pregunta  Teddy.
“Ya lo has encontrado, Lenny, pero te sigues mintiendo a ti mismo”, insiste Teddy. Tal vez, se responde Lenny, pero , ¿no nos metimos todos? Y anota al dorso de la fotografía de Teddy que su verdadero nombre es John Garland.

Mi interpretación de Memento de Christopher Nolan.

sábado, 15 de septiembre de 2012

En tu amanecer


Siempre he querido escribir la letra de una canción. Anoche, que estaba "sin saber yo no sé cómo" me salió esto. Es lo más cerca que voy a estar, ahí queda consignado:


No quiero pensar en ti, quiero olvidarte ya.
 Los últimos tiempos fueron terribles. 
Después ¿qué va a pasar?
 Si pudiera desaparecer, lo haría. 
Ebrio de culpa, siempre pidiendo perdón; 
cuándo se acabará esta canción.

El cuerpo es una prisión 
y para ti una tortura. 
Para mí una bendición, 
maldita locura 
que no acaba de llegar. 

Salir del fondo respirando por los ojos de contemplarte una vez más. 
No me ves y no me sientes,
 y qué le vamos a hacer, 
al menos estuve presente 
en tu amanecer.

Salgo, grito, hago gestos como un náufrago
 en una ciudad abarrotada de sordos, 
ciegos que hablan sin escuchar
lo que otros tienen que decir. 
Tu voz añorada y tus labios 
me bastan ahora que me conformo con poco, 
pero si me das, lo sabes, lo querré todo.
 Me curo de ti soñando y tú me olvidas sufriendo.
 Cada uno tiene su secreto.