sábado, 4 de febrero de 2017

La desaparición de 11 días.



Leyendo Mason y Dixon de Thomas Pynchon.





Según la novela y he podido confirmar por ahí, en Inglaterra al día 2 de septiembre de 1752 le sucedió el día 14 de septiembre, es decir, desaparecieron los días del 3 al 13 de septiembre, once días.

Ocurría que Inglaterra, hasta entonces, se regía por el calendario Juliano, mientras que el mundo dependiente de Roma se regía por el Gregoriano, y ese día fue el escogido para realizar el ajuste.

El calendario Gregoriano se instauró en Europa en 1582, sustituyendo al calendario Juliano que estaba vigente desde que lo instauró Julio Cesar en el año 42 antes de Cristo. España, Italia y Portugal lo adoptaron en ese año. En todos esos países, al jueves -juliano- 4 de octubre de 1582 le sucedió el viernes -gregoriano- 15 de octubre de 1582.

El origen de todo esto parte del concilio de Nicea, donde se decidió cuándo debía comenzar la Pascua: el domingo siguiente al primer plenilunio posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Ocurría que debido a la falta de precisión de la duración del año, ese día de equinoccio se iba adelantando en el calendario, hasta que un día se situó a principios de Marzo, y eso no les pareció tolerable. Así que decidieron recalcular la duración del año con mayor precisión y reformar el calendario con el fin de que equinoccio de primavera se situara en lugar del calendario que le convenía.

Así se instauró el calendario Gregoriano en 1582. Este calendario establecía los años bisiestos, es decir, que aproximadamente cada 4 años se añadiera un día al año para compensar la falta de precisión horaria (un año no dura exactamente 365 días de 24 horas, sino eso y un poquito más), (los años bisiestos serán los años cuyas dos últimas cifras sean múltiples de cuatro; salvo los años terminados en cero, que nunca son bisiestos; salvo los años terminados en cero que son múltiplos de cuatro que entonces sí lo son. Todo esto consigue una precisión para la duración del año que se mantiene ajustadita unos tres mil trescientos años – poco más o menos entiendo que transcurridos tres mis trescientos años el equinoccio ya no se situará en torno al 21/22 de Marzo sino que se hará más acá o más allá )
Pero los ingleses, porque esta era una iniciativa religiosa o proveniente del Vaticano, decidieron que no hacían caso al nuevo calendario y se mantuvieron en el Juliano hasta 1752. Obligados, supongo, por el inicio del sistema de mercado y la necesidad de unas referencias comunes, al menos europeas, se adhirieron al calendario gregoriano, teniendo que saltarse esa diferencia de once días; cuando los anteriores se ajustaron al nuevo calendario, aún eran diez.

Al fin me explico el oscuro asunto ese de la coincidencia-descoincidencia de la muerte de Shakespeare y Cervantes. Resulta que Guillermo y Miguel murieron, efectivamente, el mismo día de calendario, que no es poca coincidencia, fue el 23 de abril de 1616. Pero como el calendario inglés, en ese año aún era el Juliano y en España ya andábamos en el gregoriano, resulta que  el 23 de abril de 1616 en Inglaterra ocurrió unos once días antes que el 23 de abril de 1616 en España.


1 comentario:

  1. Reconozco al texto el mérito no inferior de explicar el abstruso asunto del corrimiento de fechas con claridad cervantina.

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